Editorial de la emisión del martes 21 de junio de 2011
La infusión del día
Martha Ordaz
La humanidad ha encontrado en la naturaleza las metáforas de sus verdades más contundentes; el río es así esa línea continuada sin pausa de la vida, el flujo sin retorno; el viento, la fugacidad y lo efímero; la tierra, la sabiduría y la madurez en el mundo, bien plantados y enraizados los pies con las ideas claras y comprometidas.
La montaña es, en cambio, todo eso junto y mucho más. Gentil, paciente, amorosa, pero también indómita, esquiva. Es el río y el viento y la tierra juntos, como el destino de un hombre o de una mujer que armados de los recursos que sean, pero sobre todo de espíritu, un buen día deciden enfrentarla, conquistarla (o eso piensan), y cuando están en la cima, como por magia, sus ideas toman otro cuerpo, otra dimensión.
Dicen que la montaña puede cambiarle la vida a una persona, ese trance le revela no solo sus capacidades físicas, sus limitaciones, o sus fortalezas y temores, sino la materia de la que está hecha. Y quizás por ello también es una vuelta a la infancia, a cierto estado de inocencia.
Esta es una de las experiencias místicas más reseñadas en la literatura y en los diarios de viajes, en los libros religiosos y en la tradición oral, en Té para tres nos preguntamos ¿qué es eso que espera en la cima a los atrevidos, a los héroes, a los benditos por el rumor del cielo, la soledad y el agotamiento extremo? ¿Qué verdad les es revelada a unos cuantos elegidos? ¿Y por qué a través de los siglos seguimos empeñados en escaladas?
Dedicamos esta emisión a uno de los accidentes geográficos más fascinantes del planeta, emblema de la inmutabilidad, sí; pero también uno de los ecosistemas más frágiles y amenazados por los abusos ambientales; así que eche a andar, junto con nosotros, pies, mente y espíritu en busca de su propia montaña.
La infusión del día
Martha Ordaz
La humanidad ha encontrado en la naturaleza las metáforas de sus verdades más contundentes; el río es así esa línea continuada sin pausa de la vida, el flujo sin retorno; el viento, la fugacidad y lo efímero; la tierra, la sabiduría y la madurez en el mundo, bien plantados y enraizados los pies con las ideas claras y comprometidas.
La montaña es, en cambio, todo eso junto y mucho más. Gentil, paciente, amorosa, pero también indómita, esquiva. Es el río y el viento y la tierra juntos, como el destino de un hombre o de una mujer que armados de los recursos que sean, pero sobre todo de espíritu, un buen día deciden enfrentarla, conquistarla (o eso piensan), y cuando están en la cima, como por magia, sus ideas toman otro cuerpo, otra dimensión.
Dicen que la montaña puede cambiarle la vida a una persona, ese trance le revela no solo sus capacidades físicas, sus limitaciones, o sus fortalezas y temores, sino la materia de la que está hecha. Y quizás por ello también es una vuelta a la infancia, a cierto estado de inocencia.
Esta es una de las experiencias místicas más reseñadas en la literatura y en los diarios de viajes, en los libros religiosos y en la tradición oral, en Té para tres nos preguntamos ¿qué es eso que espera en la cima a los atrevidos, a los héroes, a los benditos por el rumor del cielo, la soledad y el agotamiento extremo? ¿Qué verdad les es revelada a unos cuantos elegidos? ¿Y por qué a través de los siglos seguimos empeñados en escaladas?
Dedicamos esta emisión a uno de los accidentes geográficos más fascinantes del planeta, emblema de la inmutabilidad, sí; pero también uno de los ecosistemas más frágiles y amenazados por los abusos ambientales; así que eche a andar, junto con nosotros, pies, mente y espíritu en busca de su propia montaña.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
En Té para tres valoramos tus comentarios, muchas gracias por pasar por aquí.