13 de junio de 2011

La locura

Editorial de la emisión del 31 de mayo



La infusión del día
Claudia Domínguez

La locura tiene tantas formas de expresarse y otras tantas de utilizarse en el lenguaje cotidiano que bien podríamos decir que el loco es un nómada enérgico, inmortal y omnipresente.

Por ejemplo, el símbolo de la nave de los locos, la stultifera navis, aparece con frecuencia en la iconografía medieval y expone la idea de la navegación como finalidad en sí; es decir, es contraria al concepto del viaje como tránsito y evolución. Por eso la stultifera navis suele representarse con una mujer desnuda, una copa de vino y otras alegorías de los placeres terrenos.

Mientras que en el tarot la figura del loco es el más poderoso de todos los arcanos. Puesto que no tiene número fijo, es libre de viajar a su capricho, perturbando el orden establecido en sus correrías. En las cartas modernas el loco evolucionó en los comodines, como vemos, su fuerza le ha conducido a través de los siglos hasta la actualidad, como decía, en la forma del jóker o comodín. Ahí también sigue alterando el orden establecido. Si se trata del póker, puede sustituir al rey y a toda su corte. En cualquier otro juego, irrumpe inesperadamente creando lo que llamaríamos un jaleo descomunal.

Ese es el tema de la emisión del 31 de mayo en Té para tres, escuchemos lo que podemos decir, pensar e inventar con la locura como pretexto.

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