13 de junio de 2011

Animales fantásticos

Editorial de la emisión del 15 de marzo de 2011


La infusión del día
Martha Ordaz

Como Homo sapiens hemos tenido relaciones muy diversas con los animales: la complejidad de nuestra progreso cultural ha sofisticado esta relación que en un principio era solo competitiva; en algunos casos hemos logrado cierta reciprocidad con determinadas especies, y también una suerte de simbiosis utilitaria con aquellas que históricamente nos han dotado de alimento y recursos para nuestro beneficio. Por supuesto, con algunas en particular, la domesticación nos brinda un lazo afectivo, y experimentamos, o al menos somos testigos, de relaciones que vencen los límites entre especies.

A lo largo de la historia todas esas formas de mirar a los animales ha tenido expresiones singurales,  incluso opuestas: la divinización de algunas especies, nuestras complejas mitologías, nuestros tratados de zoología fantástica, la fascinación contemporánea por animales extintos y su explotación mercadotécnica, como es el caso de los dinosaurios; así como la indolencia ante las extinciones que suceden hoy en día o la cacería deportiva, cuyo objeto ciertamente ya no es la procuración de alimentos sino una práctica de ocio con una compleja raigambre antropológica.

Nuestra mirada, como les decía, ha cambiado: Miramos distinto a las demás especies en tanto nos admitimos como una más. Incorporamos disciplinas tan novísimas como la bioética, que procura la relación ética del ser humano con las plantas y los animales.

Planteamos ahora asuntos tan controversiales como si es o no el derecho de los animales un derecho legítimo, puesto que un derecho implica una obligación, y ¿cuál será la obligación que podemos exigir de los animales? O si somos la única especie racional o no, y en todo caso, ¿cuál será la naturaleza de la inteligencia animal?

Proyectamos cuestionamientos que hace pocos siglos ya elaborábamos para nuestros propios congéneres con diferencias raciales, lo que no nos permitían admitir que formábamos parte de una sola especie:  el asunto del alma ¿tienen alma los animales?

En fin, que en este programa no aspiramos a resolver dilemas ancestrales, sí en cambio les prometemos charlar un poco de las formas en las que incluimos a los animales en nuestra vida personal y en la historia de la humanidad,  algunas maneras en  las que hemos fijado esta relación de amor,  utilitarismo, miedo, e incluso franco rechazo, pero siempre desde la fascinación.
ahora sí que esperamos que no haya "dos" programas sin "tres"

No hay comentarios:

Publicar un comentario

En Té para tres valoramos tus comentarios, muchas gracias por pasar por aquí.