Editorial de la emisión del 14 de junio de 2011
La infusión del día
Edna Orozco López
Un retrato es la aprehensión de las características esenciales de un sujeto. Por medio de trazos, colores, modelados, encuadres o palabras es posible percibir los rasgos, expresiones y humores de una persona.
El acto de retratar involucra tres elementos: la mirada del que retrata, la mirada del que es retratado y el producto de ambas, cuya realización material es el retrato. Un retrato plasma lo que la mirada externa percibe, pero también lo que la interna quiere revelar. Para retratar, el artista selecciona ángulos, escenas y texturas que transmitan lo que el sujeto es; el modelo, a su vez, también elige lo que quiere o puede mostrar.
Un retrato es la condensación de un momento que no se repetirá jamás. Difícilmente podrá usted volver a tener la dulzura que expresaban sus ojos esa tarde de verano en que apagaba la vela del pastel de cumpleaños. Difícilmente podrán sus abuelos volver posar frente al fotógrafo como aquella mañana en la playa. Difícilmente podrán sus padres volver a casarse con la misma juventud e ilusión de entonces. Porque un retrato transporta, simboliza, provoca, conserva, evoca.
En Té para tres, nos hemos dado a la tarea de viajar a través de esta experiencia única que es el retrato.
La infusión del día
Edna Orozco López
Un retrato es la aprehensión de las características esenciales de un sujeto. Por medio de trazos, colores, modelados, encuadres o palabras es posible percibir los rasgos, expresiones y humores de una persona.
El acto de retratar involucra tres elementos: la mirada del que retrata, la mirada del que es retratado y el producto de ambas, cuya realización material es el retrato. Un retrato plasma lo que la mirada externa percibe, pero también lo que la interna quiere revelar. Para retratar, el artista selecciona ángulos, escenas y texturas que transmitan lo que el sujeto es; el modelo, a su vez, también elige lo que quiere o puede mostrar.
Un retrato es la condensación de un momento que no se repetirá jamás. Difícilmente podrá usted volver a tener la dulzura que expresaban sus ojos esa tarde de verano en que apagaba la vela del pastel de cumpleaños. Difícilmente podrán sus abuelos volver posar frente al fotógrafo como aquella mañana en la playa. Difícilmente podrán sus padres volver a casarse con la misma juventud e ilusión de entonces. Porque un retrato transporta, simboliza, provoca, conserva, evoca.
En Té para tres, nos hemos dado a la tarea de viajar a través de esta experiencia única que es el retrato.
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