Juguete para armar con un eje constante, el lenguaje, sus usos y repercusiones cotidianas y estéticas, todo en un tono de charla, de diálogo entre nosotros y el radioescucha. Esto quiere decir que puede incluirse tanto a la ciencia como a sus rivales (los mitos, las creencias populares, el sentido común, etc.), la música en sus variantes, la literatura, la historia, las artes y la filosofía.
29 de junio de 2011
19 de junio de 2011
La montaña
Editorial de la emisión del martes 21 de junio de 2011
La infusión del día
Martha Ordaz
La humanidad ha encontrado en la naturaleza las metáforas de sus verdades más contundentes; el río es así esa línea continuada sin pausa de la vida, el flujo sin retorno; el viento, la fugacidad y lo efímero; la tierra, la sabiduría y la madurez en el mundo, bien plantados y enraizados los pies con las ideas claras y comprometidas.
La montaña es, en cambio, todo eso junto y mucho más. Gentil, paciente, amorosa, pero también indómita, esquiva. Es el río y el viento y la tierra juntos, como el destino de un hombre o de una mujer que armados de los recursos que sean, pero sobre todo de espíritu, un buen día deciden enfrentarla, conquistarla (o eso piensan), y cuando están en la cima, como por magia, sus ideas toman otro cuerpo, otra dimensión.
Dicen que la montaña puede cambiarle la vida a una persona, ese trance le revela no solo sus capacidades físicas, sus limitaciones, o sus fortalezas y temores, sino la materia de la que está hecha. Y quizás por ello también es una vuelta a la infancia, a cierto estado de inocencia.
Esta es una de las experiencias místicas más reseñadas en la literatura y en los diarios de viajes, en los libros religiosos y en la tradición oral, en Té para tres nos preguntamos ¿qué es eso que espera en la cima a los atrevidos, a los héroes, a los benditos por el rumor del cielo, la soledad y el agotamiento extremo? ¿Qué verdad les es revelada a unos cuantos elegidos? ¿Y por qué a través de los siglos seguimos empeñados en escaladas?
Dedicamos esta emisión a uno de los accidentes geográficos más fascinantes del planeta, emblema de la inmutabilidad, sí; pero también uno de los ecosistemas más frágiles y amenazados por los abusos ambientales; así que eche a andar, junto con nosotros, pies, mente y espíritu en busca de su propia montaña.
La infusión del día
Martha Ordaz
La humanidad ha encontrado en la naturaleza las metáforas de sus verdades más contundentes; el río es así esa línea continuada sin pausa de la vida, el flujo sin retorno; el viento, la fugacidad y lo efímero; la tierra, la sabiduría y la madurez en el mundo, bien plantados y enraizados los pies con las ideas claras y comprometidas.
La montaña es, en cambio, todo eso junto y mucho más. Gentil, paciente, amorosa, pero también indómita, esquiva. Es el río y el viento y la tierra juntos, como el destino de un hombre o de una mujer que armados de los recursos que sean, pero sobre todo de espíritu, un buen día deciden enfrentarla, conquistarla (o eso piensan), y cuando están en la cima, como por magia, sus ideas toman otro cuerpo, otra dimensión.
Dicen que la montaña puede cambiarle la vida a una persona, ese trance le revela no solo sus capacidades físicas, sus limitaciones, o sus fortalezas y temores, sino la materia de la que está hecha. Y quizás por ello también es una vuelta a la infancia, a cierto estado de inocencia.
Esta es una de las experiencias místicas más reseñadas en la literatura y en los diarios de viajes, en los libros religiosos y en la tradición oral, en Té para tres nos preguntamos ¿qué es eso que espera en la cima a los atrevidos, a los héroes, a los benditos por el rumor del cielo, la soledad y el agotamiento extremo? ¿Qué verdad les es revelada a unos cuantos elegidos? ¿Y por qué a través de los siglos seguimos empeñados en escaladas?
Dedicamos esta emisión a uno de los accidentes geográficos más fascinantes del planeta, emblema de la inmutabilidad, sí; pero también uno de los ecosistemas más frágiles y amenazados por los abusos ambientales; así que eche a andar, junto con nosotros, pies, mente y espíritu en busca de su propia montaña.
14 de junio de 2011
La risa
Editorial de la emisión del 14 de junio de 2011
La infusión del día
Luis Arturo Hernández Basave
El que ríe al último ríe mejor, riéte de la vida o la risa, remedio infalible del alma. Llévate el que quieras. Ríe hoy, ríe mañana. Reir no cuesta nada y paga en cantidades pletóricas. Hay quienes dicen que reir mejora la salud, otros que limpia el espíritu. Umberto Eco urdió toda una trama policíaca en la abadía en la Alta Edad Media para mostrar el poder de la risa. Aristóteles escribió sobre la bondad de la carcajada. Muchos han temido a la risa: la han visto como liberadora de masas, deshacedora de opresiones, un despertar. La risa es una función biológica esencial para mantener el bienestar físico y mental. En el arte escénico, tenemos el Drama y la Comedia. Y es esta última la que siempre nos ha llenado de placer, alimentando nuestro espiritú a plenitud.
Pocos somos los afortunados que gozamos de las prerrogativas de la risa. Nos reímos de lo que vemos, lo que oímos, por situaciones mentales, por lo que pasó, lo que sucederá, o lo que nunca fue. Nos reímos de otros, de nosotros, con otros, con nosotros. Las razones siempre sobran y nunca faltan.
En Té para tres hemos decidido hablar, reir, mofarnos y carcajearnos con o sin motivos. ¿No es acaso legítimo dejarse impulsar por los estruendos mentales de vez en cuando? Así que con sonrisa de boca a boca, pulmones con aire a tope y el cúmulo de información, chistes, espontaneidades y cuanto se aparezca, traemos a la mesa del té un risible tema para desternillarse a gusto. Respire profundo que los tronchos están por comenzar.
La infusión del día
Luis Arturo Hernández Basave
El que ríe al último ríe mejor, riéte de la vida o la risa, remedio infalible del alma. Llévate el que quieras. Ríe hoy, ríe mañana. Reir no cuesta nada y paga en cantidades pletóricas. Hay quienes dicen que reir mejora la salud, otros que limpia el espíritu. Umberto Eco urdió toda una trama policíaca en la abadía en la Alta Edad Media para mostrar el poder de la risa. Aristóteles escribió sobre la bondad de la carcajada. Muchos han temido a la risa: la han visto como liberadora de masas, deshacedora de opresiones, un despertar. La risa es una función biológica esencial para mantener el bienestar físico y mental. En el arte escénico, tenemos el Drama y la Comedia. Y es esta última la que siempre nos ha llenado de placer, alimentando nuestro espiritú a plenitud.
Pocos somos los afortunados que gozamos de las prerrogativas de la risa. Nos reímos de lo que vemos, lo que oímos, por situaciones mentales, por lo que pasó, lo que sucederá, o lo que nunca fue. Nos reímos de otros, de nosotros, con otros, con nosotros. Las razones siempre sobran y nunca faltan.
En Té para tres hemos decidido hablar, reir, mofarnos y carcajearnos con o sin motivos. ¿No es acaso legítimo dejarse impulsar por los estruendos mentales de vez en cuando? Así que con sonrisa de boca a boca, pulmones con aire a tope y el cúmulo de información, chistes, espontaneidades y cuanto se aparezca, traemos a la mesa del té un risible tema para desternillarse a gusto. Respire profundo que los tronchos están por comenzar.
13 de junio de 2011
La memoria y los sonidos
Editorial de la emisión de 29 de marzo de 2011
La infusión del día
Claudia Domínguez
¿Qué son los recuerdos? ¿Serán esas imágenes un tanto cambiantes que uno tiene depositadas en alguna parte del cuerpo: el corazón, la cabeza, el estómago, la superficie de la piel?
¿La memoria, el recipiente del pasado, estará constituida de sensaciones y asociaciones táctiles, visuales y sonoras? De ser así, ¿qué de lo que palpo, veo y oigo aquí y ahora se depositará en mis recuerdos del futuro? ¿Será que los sentidos van y vienen sobre el tiempo y lo construyen y lo destruyen? ¿Será la memoria algo tan flexible que además de invocación y olvido es una forma de la imaginación?
Mi percepción es simultánea, mis pensamientos se disparan sin armonía geométrica, pero el lenguaje es sucesivo y me exige orden… siempre orden. Así que empiezo por el caracol de mi oído y en su espiral me comunico hacia el caracol de quien me escucha.
El programa de hoy lo dedicamos a los sonidos, sean éstos palabras, música, ruidos de la calle, o la secreta sinfonía de los objetos cotidianos que nos recuerdan algún momento del pasado remoto o inmediato, que asociamos con momentos cruciales en nuestras vidas o que simplemente se quedaron ahí, sutil y sonoramente acompañando la construcción del tiempo y el recuerdo. Quizá esos sonidos, su simpleza y gratuidad sean tan queridos simplemente porque siempre están ahí dispuestos a recordarnos la sencilla alegría de seguir vivos.
Obviamente que nuestro recuerdo, de los tres del té, es algo absolutamente personal, pero ¿podría ser de otra forma? Lo invitamos a recordar, a pensar, a imaginar, a hacer sonar la memoria.
La infusión del día
Claudia Domínguez
¿Qué son los recuerdos? ¿Serán esas imágenes un tanto cambiantes que uno tiene depositadas en alguna parte del cuerpo: el corazón, la cabeza, el estómago, la superficie de la piel?
¿La memoria, el recipiente del pasado, estará constituida de sensaciones y asociaciones táctiles, visuales y sonoras? De ser así, ¿qué de lo que palpo, veo y oigo aquí y ahora se depositará en mis recuerdos del futuro? ¿Será que los sentidos van y vienen sobre el tiempo y lo construyen y lo destruyen? ¿Será la memoria algo tan flexible que además de invocación y olvido es una forma de la imaginación?
Mi percepción es simultánea, mis pensamientos se disparan sin armonía geométrica, pero el lenguaje es sucesivo y me exige orden… siempre orden. Así que empiezo por el caracol de mi oído y en su espiral me comunico hacia el caracol de quien me escucha.
El programa de hoy lo dedicamos a los sonidos, sean éstos palabras, música, ruidos de la calle, o la secreta sinfonía de los objetos cotidianos que nos recuerdan algún momento del pasado remoto o inmediato, que asociamos con momentos cruciales en nuestras vidas o que simplemente se quedaron ahí, sutil y sonoramente acompañando la construcción del tiempo y el recuerdo. Quizá esos sonidos, su simpleza y gratuidad sean tan queridos simplemente porque siempre están ahí dispuestos a recordarnos la sencilla alegría de seguir vivos.
Obviamente que nuestro recuerdo, de los tres del té, es algo absolutamente personal, pero ¿podría ser de otra forma? Lo invitamos a recordar, a pensar, a imaginar, a hacer sonar la memoria.
Animales fantásticos
Editorial de la emisión del 15 de marzo de 2011
La infusión del día
Martha Ordaz
Como Homo sapiens hemos tenido relaciones muy diversas con los animales: la complejidad de nuestra progreso cultural ha sofisticado esta relación que en un principio era solo competitiva; en algunos casos hemos logrado cierta reciprocidad con determinadas especies, y también una suerte de simbiosis utilitaria con aquellas que históricamente nos han dotado de alimento y recursos para nuestro beneficio. Por supuesto, con algunas en particular, la domesticación nos brinda un lazo afectivo, y experimentamos, o al menos somos testigos, de relaciones que vencen los límites entre especies.
A lo largo de la historia todas esas formas de mirar a los animales ha tenido expresiones singurales, incluso opuestas: la divinización de algunas especies, nuestras complejas mitologías, nuestros tratados de zoología fantástica, la fascinación contemporánea por animales extintos y su explotación mercadotécnica, como es el caso de los dinosaurios; así como la indolencia ante las extinciones que suceden hoy en día o la cacería deportiva, cuyo objeto ciertamente ya no es la procuración de alimentos sino una práctica de ocio con una compleja raigambre antropológica.
Nuestra mirada, como les decía, ha cambiado: Miramos distinto a las demás especies en tanto nos admitimos como una más. Incorporamos disciplinas tan novísimas como la bioética, que procura la relación ética del ser humano con las plantas y los animales.
Planteamos ahora asuntos tan controversiales como si es o no el derecho de los animales un derecho legítimo, puesto que un derecho implica una obligación, y ¿cuál será la obligación que podemos exigir de los animales? O si somos la única especie racional o no, y en todo caso, ¿cuál será la naturaleza de la inteligencia animal?
Proyectamos cuestionamientos que hace pocos siglos ya elaborábamos para nuestros propios congéneres con diferencias raciales, lo que no nos permitían admitir que formábamos parte de una sola especie: el asunto del alma ¿tienen alma los animales?
En fin, que en este programa no aspiramos a resolver dilemas ancestrales, sí en cambio les prometemos charlar un poco de las formas en las que incluimos a los animales en nuestra vida personal y en la historia de la humanidad, algunas maneras en las que hemos fijado esta relación de amor, utilitarismo, miedo, e incluso franco rechazo, pero siempre desde la fascinación.
La infusión del día
Martha Ordaz
Como Homo sapiens hemos tenido relaciones muy diversas con los animales: la complejidad de nuestra progreso cultural ha sofisticado esta relación que en un principio era solo competitiva; en algunos casos hemos logrado cierta reciprocidad con determinadas especies, y también una suerte de simbiosis utilitaria con aquellas que históricamente nos han dotado de alimento y recursos para nuestro beneficio. Por supuesto, con algunas en particular, la domesticación nos brinda un lazo afectivo, y experimentamos, o al menos somos testigos, de relaciones que vencen los límites entre especies.
A lo largo de la historia todas esas formas de mirar a los animales ha tenido expresiones singurales, incluso opuestas: la divinización de algunas especies, nuestras complejas mitologías, nuestros tratados de zoología fantástica, la fascinación contemporánea por animales extintos y su explotación mercadotécnica, como es el caso de los dinosaurios; así como la indolencia ante las extinciones que suceden hoy en día o la cacería deportiva, cuyo objeto ciertamente ya no es la procuración de alimentos sino una práctica de ocio con una compleja raigambre antropológica.
Nuestra mirada, como les decía, ha cambiado: Miramos distinto a las demás especies en tanto nos admitimos como una más. Incorporamos disciplinas tan novísimas como la bioética, que procura la relación ética del ser humano con las plantas y los animales.
Planteamos ahora asuntos tan controversiales como si es o no el derecho de los animales un derecho legítimo, puesto que un derecho implica una obligación, y ¿cuál será la obligación que podemos exigir de los animales? O si somos la única especie racional o no, y en todo caso, ¿cuál será la naturaleza de la inteligencia animal?
Proyectamos cuestionamientos que hace pocos siglos ya elaborábamos para nuestros propios congéneres con diferencias raciales, lo que no nos permitían admitir que formábamos parte de una sola especie: el asunto del alma ¿tienen alma los animales?
En fin, que en este programa no aspiramos a resolver dilemas ancestrales, sí en cambio les prometemos charlar un poco de las formas en las que incluimos a los animales en nuestra vida personal y en la historia de la humanidad, algunas maneras en las que hemos fijado esta relación de amor, utilitarismo, miedo, e incluso franco rechazo, pero siempre desde la fascinación.
La fealdad
Editorial de la emisión del 3 de mayo de 2011
La infusión del día
Martha Ordaz
¿Qué es la fealdad?, la respuesta breve sería algo así como “el alejamiento del canon de belleza convencional”, lo que ya nos anticipa que no hay fealdad sin belleza, que uno y otro jucio se influyen y que preguntas cada vez más complejas se precipitan sobre la primera, ¿qué es la fealdad, y qué es el canon de belleza convencional? ¿Quién lo dicta? ¿Cómo?!
Estarán ustedes de acuerdo en que nada es más sencillo que emitir un juicio de valor sobre la belleza o la fealdad de una persona, una ciudad, un objeto, una música, ¿pero cómo lo hacemos? ¿Cómo sabemos que la persona o la cosa juzgada ES fea o no?, ¿cómo construimos ese canon de belleza convencional? Hay quien dice que es en la mirada donde descansa la belleza o la fealdad, otros que nuestra capacidad de juicio no tiene más razón de ser que el apareamiento sexual y la lucha de nuestros propios genes por identificar entre un mundo de opciones genes saludables y dominantes.
Para hablar de este tema traemos a la mesa del té la fealdad, revisaremos las posturas generales de algunos autores al respecto, la seducción y la aversión que provoca en igual intensidad y para empezar como debe ser, respiraremos profundamente antes de pasar un rato saludable frente al espejo. Ustedes dirá, ¿cómo les fue?
La infusión del día
Martha Ordaz
¿Qué es la fealdad?, la respuesta breve sería algo así como “el alejamiento del canon de belleza convencional”, lo que ya nos anticipa que no hay fealdad sin belleza, que uno y otro jucio se influyen y que preguntas cada vez más complejas se precipitan sobre la primera, ¿qué es la fealdad, y qué es el canon de belleza convencional? ¿Quién lo dicta? ¿Cómo?!
Estarán ustedes de acuerdo en que nada es más sencillo que emitir un juicio de valor sobre la belleza o la fealdad de una persona, una ciudad, un objeto, una música, ¿pero cómo lo hacemos? ¿Cómo sabemos que la persona o la cosa juzgada ES fea o no?, ¿cómo construimos ese canon de belleza convencional? Hay quien dice que es en la mirada donde descansa la belleza o la fealdad, otros que nuestra capacidad de juicio no tiene más razón de ser que el apareamiento sexual y la lucha de nuestros propios genes por identificar entre un mundo de opciones genes saludables y dominantes.
Para hablar de este tema traemos a la mesa del té la fealdad, revisaremos las posturas generales de algunos autores al respecto, la seducción y la aversión que provoca en igual intensidad y para empezar como debe ser, respiraremos profundamente antes de pasar un rato saludable frente al espejo. Ustedes dirá, ¿cómo les fue?
La silla
Editorial de la emisión del martes 24 de mayo de 2011
La infusión del día
Martha Ordaz
La silla es un mueble que camina, un objeto que jamás se está quieto. No solo porque se desplaza por las habitaciones, sino porque muta en tantas formas y en tantos materiales como individuos sean capaces de imaginarla; para muchos diseñadores industriales ha supuesto un reto mayúsculo en tanto la búsqueda de la innovación debe mantenerse bien equilibrada para no sufrir un extravío. En esa libertad, ¿cómo sabemos que una silla es una silla? ¿Cuándo deja de ser silla y se convierte en sofá, o en mesa, o simplemente en escultura? ¿Será solo porque podemos sentarnos en ella?, ¿porque tiene un respaldo, o porque tiene patas?
Para ser un objeto tan cotidiano, tan a nuestro alcance, tiene muchas connotaciones; la silla ha pasado de ser un objeto meramente utilitario para convertirse en muchos casos, en una verdadera obra de arte, y ha sido también el motivo de muchas otras obras plásticas.
En Té para tres quisimos dedicar este programa a un objeto que nos refleja en más de un sentido, así que los invitamos a que se acerquen a esta mesa, elijan la silla que les vaya bien y disfrutemos la compañía.
La infusión del día
Martha Ordaz
La silla es un mueble que camina, un objeto que jamás se está quieto. No solo porque se desplaza por las habitaciones, sino porque muta en tantas formas y en tantos materiales como individuos sean capaces de imaginarla; para muchos diseñadores industriales ha supuesto un reto mayúsculo en tanto la búsqueda de la innovación debe mantenerse bien equilibrada para no sufrir un extravío. En esa libertad, ¿cómo sabemos que una silla es una silla? ¿Cuándo deja de ser silla y se convierte en sofá, o en mesa, o simplemente en escultura? ¿Será solo porque podemos sentarnos en ella?, ¿porque tiene un respaldo, o porque tiene patas?
Para ser un objeto tan cotidiano, tan a nuestro alcance, tiene muchas connotaciones; la silla ha pasado de ser un objeto meramente utilitario para convertirse en muchos casos, en una verdadera obra de arte, y ha sido también el motivo de muchas otras obras plásticas.
En Té para tres quisimos dedicar este programa a un objeto que nos refleja en más de un sentido, así que los invitamos a que se acerquen a esta mesa, elijan la silla que les vaya bien y disfrutemos la compañía.
La locura
Editorial de la emisión del 31 de mayo
La infusión del día
Claudia Domínguez
La locura tiene tantas formas de expresarse y otras tantas de utilizarse en el lenguaje cotidiano que bien podríamos decir que el loco es un nómada enérgico, inmortal y omnipresente.
Por ejemplo, el símbolo de la nave de los locos, la stultifera navis, aparece con frecuencia en la iconografía medieval y expone la idea de la navegación como finalidad en sí; es decir, es contraria al concepto del viaje como tránsito y evolución. Por eso la stultifera navis suele representarse con una mujer desnuda, una copa de vino y otras alegorías de los placeres terrenos.
Mientras que en el tarot la figura del loco es el más poderoso de todos los arcanos. Puesto que no tiene número fijo, es libre de viajar a su capricho, perturbando el orden establecido en sus correrías. En las cartas modernas el loco evolucionó en los comodines, como vemos, su fuerza le ha conducido a través de los siglos hasta la actualidad, como decía, en la forma del jóker o comodín. Ahí también sigue alterando el orden establecido. Si se trata del póker, puede sustituir al rey y a toda su corte. En cualquier otro juego, irrumpe inesperadamente creando lo que llamaríamos un jaleo descomunal.
Ese es el tema de la emisión del 31 de mayo en Té para tres, escuchemos lo que podemos decir, pensar e inventar con la locura como pretexto.
La infusión del día
Claudia Domínguez
La locura tiene tantas formas de expresarse y otras tantas de utilizarse en el lenguaje cotidiano que bien podríamos decir que el loco es un nómada enérgico, inmortal y omnipresente.
Por ejemplo, el símbolo de la nave de los locos, la stultifera navis, aparece con frecuencia en la iconografía medieval y expone la idea de la navegación como finalidad en sí; es decir, es contraria al concepto del viaje como tránsito y evolución. Por eso la stultifera navis suele representarse con una mujer desnuda, una copa de vino y otras alegorías de los placeres terrenos.
Mientras que en el tarot la figura del loco es el más poderoso de todos los arcanos. Puesto que no tiene número fijo, es libre de viajar a su capricho, perturbando el orden establecido en sus correrías. En las cartas modernas el loco evolucionó en los comodines, como vemos, su fuerza le ha conducido a través de los siglos hasta la actualidad, como decía, en la forma del jóker o comodín. Ahí también sigue alterando el orden establecido. Si se trata del póker, puede sustituir al rey y a toda su corte. En cualquier otro juego, irrumpe inesperadamente creando lo que llamaríamos un jaleo descomunal.
Ese es el tema de la emisión del 31 de mayo en Té para tres, escuchemos lo que podemos decir, pensar e inventar con la locura como pretexto.
El retrato
Editorial de la emisión del 14 de junio de 2011
La infusión del día
Edna Orozco López
Un retrato es la aprehensión de las características esenciales de un sujeto. Por medio de trazos, colores, modelados, encuadres o palabras es posible percibir los rasgos, expresiones y humores de una persona.
El acto de retratar involucra tres elementos: la mirada del que retrata, la mirada del que es retratado y el producto de ambas, cuya realización material es el retrato. Un retrato plasma lo que la mirada externa percibe, pero también lo que la interna quiere revelar. Para retratar, el artista selecciona ángulos, escenas y texturas que transmitan lo que el sujeto es; el modelo, a su vez, también elige lo que quiere o puede mostrar.
Un retrato es la condensación de un momento que no se repetirá jamás. Difícilmente podrá usted volver a tener la dulzura que expresaban sus ojos esa tarde de verano en que apagaba la vela del pastel de cumpleaños. Difícilmente podrán sus abuelos volver posar frente al fotógrafo como aquella mañana en la playa. Difícilmente podrán sus padres volver a casarse con la misma juventud e ilusión de entonces. Porque un retrato transporta, simboliza, provoca, conserva, evoca.
En Té para tres, nos hemos dado a la tarea de viajar a través de esta experiencia única que es el retrato.
La infusión del día
Edna Orozco López
Un retrato es la aprehensión de las características esenciales de un sujeto. Por medio de trazos, colores, modelados, encuadres o palabras es posible percibir los rasgos, expresiones y humores de una persona.
El acto de retratar involucra tres elementos: la mirada del que retrata, la mirada del que es retratado y el producto de ambas, cuya realización material es el retrato. Un retrato plasma lo que la mirada externa percibe, pero también lo que la interna quiere revelar. Para retratar, el artista selecciona ángulos, escenas y texturas que transmitan lo que el sujeto es; el modelo, a su vez, también elige lo que quiere o puede mostrar.
Un retrato es la condensación de un momento que no se repetirá jamás. Difícilmente podrá usted volver a tener la dulzura que expresaban sus ojos esa tarde de verano en que apagaba la vela del pastel de cumpleaños. Difícilmente podrán sus abuelos volver posar frente al fotógrafo como aquella mañana en la playa. Difícilmente podrán sus padres volver a casarse con la misma juventud e ilusión de entonces. Porque un retrato transporta, simboliza, provoca, conserva, evoca.
En Té para tres, nos hemos dado a la tarea de viajar a través de esta experiencia única que es el retrato.
12 de junio de 2011
Té para tres
Editorial de la emisión 1 de marzo de 2011
Claudia Domínguez
Bienvenidos a este espacio en el aire…
Todo comenzó simplemente porque nos gusta la radio hablada e inevitablemente sentimos nostalgia por los programas de conversación, con cierto fondo cultural meditado, con duende, con aire lúdico e informado. Y aquí estamos, los tres, tres tristes tigres que no se tragaron el trigo del trigal: Martha, Alán y yo, Claudia. Tres bestezuelas mal domesticadas, escapadas de la jaula cotidiana para buscar otro modo de ser, otro modo de entablar una relación con usted, el escucha; otra raya para el tigre.
Y como dice un amigo, en la vida como en el pókar es mejor trío que par. Y como no hay dos sin tres, es que ofrecemos a partir de esta semana este programa de radio listo para llevar, que proponemos como un ensayo hablado, para departir con el escucha y conversar con él lo que la libre asociación a partir de una palabra nos conduzca, como un camino caprichoso por el bosque, por las veredas de la música, los atajos del dato cultural, los montes literarios, las colinas de los asuntos populares y así hasta donde el tiempo al aire nos lleve.
No sé si alguna vez lo habrá dicho Simbad, en alguno de sus maravillosos viajes, pero como si lo hubiera dicho: No importa vivir; importa navegar. Así nosotros, no nos interesa tanto el punto de llegada ni el punto de partida, nos interesa el camino de la conversación, del deseo de hablar con ese imaginario otro que es el radioescucha; de tocarlo con nuestra voz y los sonidos.
Dicen por ahí que la civilización comienza cuando la gente deja de beber sólo agua, esto es, cuando no sólo se satisface la necesidad de hidratarse y comienza una refinación cotidiana. Y el té y el café, por ejemplo, son de esas refinaciones. El té se descubrió por casualidad al caer hojas del árbol del té sobre el agua hervida que debía consumirse así por obligación en el viejo Oriente para ahuyentar enfermedades. Con el paso del tiempo, llega a ser como una moneda, un buen caballo costaba 68 kilos de hojas de té, e incluso el té fue un elemento crucial en el movimiento de independencia de los Estados Unidos, pues entre otras cosas seguramente más trascendentales, los rebeldes estaban en contra del monopolio del té por parte de Inglaterra. De hecho, la secesión de la colonia americana lleva por nombre el Acta del Té.
Comencemos ahora este té para tres, este menàge au trois.
¿Por qué Tres patines?
Emisión 1 de marzo de 2011: El tres
Claudia Domínguez
Cuando en Té para tres elegimos hablar del TRES lo primero que vino a mi mente fue el nombre de TRESPATINES, el protagonista de la que es quizá la comedia radiofónica por excelencia: La tremenda corte.
Ojalá que nuestros escuchas hayan tenido la alegría de escuchar este programa de origen cubano. Fíjense que yo, al ser del puerto de Veracruz, y cuando de niña (por ahí de los setentas) lo escuchaba por la XEW, creía que estos personajes eran tan jarochos como yo y que sólo exageraban la forma de hablar de nosotros. Bueno, creo que ya perdí un poco el acento; pero seguro hablaba igual que ellos y creo que ese fue un primer punto de identificación, además de la risa por las situaciones absurdas que ahí se presentaban, por los juegos de palabras que hasta entonces me impactan y que son una muestra de un sentido del humor y de ingenio que no pierde vigencia y alcanza una gran diversidad de públicos.
Cada episodio de la serie gira en torno a un juzgado en donde Rudesindo o Nananina acusan a José Candelario Trespatines de algún robo o estafa, y durante la acusación y la exposición de hechos, Trespatines intenta defenderse haciendo juegos de palabras y aprovechando el doble significado que algunas frases pudieran tener. Digamos que la estructura siempre era la misma: acusación, explicación y veredicto, pero la gracia está en cómo se llega a cada uno de estos puntos cruciales y en la ilustración de tipos populares y picarescos, si bien propios de la sociedad cubana, claramente identificables en otras geografías.
Las transmisiones de La Tremenda Corte empezaron por ahí de 1941, y aunque todavía se escuchan retrasmisiones de capítulos, se dejó de producir su guionista era Castor Vispo, un exiliado español que de alguna manera se autoparodiaba en Rudersindo Caldeiro y Escobiña, el personaje del gallego algo enojón pero inocente que con frecuencia era víctima de los fraudes de Trespatines.
Cerca del año 1950 hubo un giro en la producción del programa producto de la revolución cubana que tuvo lugar en esos años. Sin embargo las circunstancias de ese entonces no detuvieron a los protagonistas quienes tiempo después llevaron el programa a la televisión, manteniendo mucho del característico estilo que tuvo en la radio.
Sin llegar a exagerar, este ha sido uno de los programas de radio más ampliamente escuchados de los últimos años en muchos países de América, y tanto ha sido su éxito, que incluso hoy en día sigue transmitiéndose en diversas emisoras de radio. Y por si fuera poco, también su versión televisiva continua retransmitiéndose en ciertos canales de televisión, principalmente para audiencias en México, República Dominicana, Perú, Panamá y Estados Unidos.
Obviamente el pasar de los años, el volumen de audiencia que hoy disfruta de programa ya no es tan numeroso como antes ni tan joven e identificado con el pasado como lo fue tiempo atrás. Pero de que sigue causando la delicia de la risa, eso que ni qué.
11 de junio de 2011
Sinopsis
Nos dirigimos a un público inquieto, curioso, que ve los temas culturales con un sentido lúdico
El objetivo
Charlar y compartir la charla, el gusto y degustación del lenguaje, de los libros, la música, de la vida: la alegría de la curiosidad y estar vivo.
Estructura
Pensado como una caja de sorpresas pero con algunos objetos recurrentes, a manera de secciones de aparición caprichosa. Y en cuanto a la descripción general no solo se trata de “radio hablada”, sino de dejar espacios disponibles para inserciones de audio con música, breves entrevistas y otros materiales.
Las piezas del rompecabezas
El té que no me tomo
A partir del tema de la emisión, manifestamos un punto de vista que se aparta de lo común, nos permitimos refutar un lugar común.
Naipe de tercio
Secciones donde se habla del significado de una expresión de uso coloquial o bien de frases adverbiales en desuso pero con un elemento traido a la mesa.
Memoria de objeto
Génesis de objetos cotidianos relacionados con el tema de la emisión.
Té para tres en Facebook
Este es el espacio de interacción con los radioescuchas, donde compartimos enlaces, comentarios, charla viva y la risa.
La encuesta
Recogemos el punto de vista de amigos y enemigos, transeúntes, automovilistas, zurdos, diestros, desconocidos, anónimos, chicos, chicas, quimeras, superhéroes, etc.
Mate de coca, por Óscar Carrasco
Colaboración de nuestro sexto de la mesa, quien transmite, graba, imagina, cuenta y conversa desde Lima, Perú.
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